lunes, 1 de noviembre de 2010

Si profano con mi mano este sagrado santuario-dice sosteniendo su mano-,
mis labios, dos sonrojados peregrinos, estarán prestos a tocaros con un tierno beso.
-Buen peregrino -contesta ella, sorprendida-, sois demasiado injusto con vuestra mano,
pues los santos tiene manos que los peregrinos tocan, y palma con palma es el santo beso de los palmeros.


-¿No tienen los santos y los palmeros labios?
-Labios que deben usar para la oración.
-Entonces,querida santa, deja a los labios hacer lo que hacen las manos. Así, el pecado de mis labios es purgado por los vuestros-dice, y la besa.
-Entonces mis labios tienen el pecado que han arrebatado de los tuyos-dice la hermosa Julieta.
-¿Pecado de mis labios? Oh, dame mi pecado de nuevo-. Y Romeo la besa una vez más.






Ella apenas puede respirar, y su corazón late rápidamente..

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